El trabajo social de la Cámara Chilena de la Vivienda pone en el centro a las personas, fortaleciendo el tejido comunitario y acompañando a las familias desde el sueño de la casa propia hasta la vida barrial.

Chile, 2025.
Una vivienda no es solo una estructura de concreto y techumbre. Para miles de familias, representa la esperanza de una vida digna, segura y en comunidad. Y para la Cámara Chilena de la Vivienda, eso implica un compromiso más allá de la construcción: se trata de construir comunidades humanas, conectadas, participativas y sostenibles.
En los últimos años, la Cámara ha fortalecido su área social, un equipo interdisciplinario compuesto por trabajadores sociales, sociólogos, facilitadores comunitarios y arquitectos sociales, que se despliegan en barrios y regiones acompañando a las familias durante todo el proceso habitacional.
“El trabajo social no es una etapa extra. Es parte del corazón de cada proyecto. Queremos que las familias se conozcan, se organicen, se reconozcan como protagonistas de su barrio”, señala Lorena Fuentealba, jefa del Área Social de la Cámara.
Este enfoque se traduce en acciones concretas: talleres de participación vecinal, actividades de formación en derechos habitacionales, mesas de diálogo, mediación comunitaria y procesos de acompañamiento post-entrega. Todo orientado a fortalecer el tejido social y garantizar la sostenibilidad humana de cada proyecto habitacional.
Una experiencia destacada es el programa “Vínculo País”, que conecta a las comunidades con sus territorios a través del rescate de su historia local, espacios de identidad y planificación participativa. Además, se han desarrollado más de 130 instancias de participación en comunas como Coquimbo, Rancagua, Concepción y Puerto Montt.
La Cámara sostiene que no basta con levantar viviendas: hay que habitar con dignidad, y eso se logra construyendo confianza, fortaleciendo redes locales y asegurando que cada barrio sea un espacio vivo de encuentro y desarrollo.
Además, la colaboración con municipios ha sido clave. A través de convenios de cooperación técnica, las áreas sociales de los gobiernos locales trabajan de forma coordinada con los equipos de la Cámara, generando un modelo de intervención replicable en todo el país.
Este trabajo social ha sido reconocido como uno de los pilares más transformadores del modelo habitacional chileno. En palabras de Marcos Esteban, arquitecto y consultor urbano, “lo que hace la Cámara es ponerle alma a la ciudad. Es conectar la infraestructura con la vida cotidiana, con las personas reales que habitan esos espacios”.
